El Rey León
Acabamos de volver de pasar un fantástico fin de semana por Madrid. Teníamos pendiente ir a ver el musical de El Rey León, ya que le habían regalado a Izaskun 2 entradas por su cumple, y aprovechamos la ocasión para disfrutar un poco de la ciudad. Siempre que vamos a Madrid es por trabajo o para algún acto así que vamos «como una moto» y no nos da tiempo de disfrutarla.

La verdad es que tampoco nos liamos a ver muchos sitios sino que aprovechamos para quedar con amigos y familia que viven allí pero sí que descubrimos algunos lugares interesantes que quiero compartir.

El sábado por la mañana callejeamos por el centro, Gran Vía, Montanera, Sol… Quedamos a tomar un café que teníamos pendiente desde hacía muchísimo tiempo con un amigo. Aprovechando que Fran estaba echando una cabezadita pudimos disfrutar de un rato de tranquilidad y de chascarrillo.

De allí nos fuimos poco a poco hasta el Retiro, un pulmón verde en pleno centro de Madrid frente a la más que famosa Puerta de Alcalá. Parece increíble que en una ciudad tan bulliciosa como es Madrid, nada más pasar la puerta de entrada al Retiro, queden fuera los mundanales ruidos, las sirenas, el calor del asfalto y todo ello se suplante por vegetación, paseos entre árboles y agradables terrazas donde tomar una cañita. En el centro hay un lago donde se pueden alquilar barquitas para pasear en el agua. No estoy seguro de si hay alguna adaptada o no pero lo cierto es que vi a varios silleros en la zona de embarque así que supongo que sí habrá alguna.

Nosotros aprovechamos para quedar con familia para comer allí ya que es un lugar excelente para ir con peques y dejarles a su aire.

Después de comer se iba acercando la hora del musical. Dejamos al peque con unos amigos y nos fuimos hacia el Teatro Lope de Vega.

La entrada al teatro tiene unas cuantas escaleras pero hay un salva escaleras vertical para acceder con silla de ruedas. El único problema es que hay que avisar de que lo activen y para eso hay que entrar adentro. Izaskun entró a solicitarlo y bajaron en un segundo.

El teatro estaba a reventar con el cartel de NO HAY ENTRADAS colgado pero el personal fue súper atento y nos acompañaron hasta nuestro palco. Nos tocó el palco 7, una ubicación impresionante y pudimos ver el espectáculo casi como si estuviéramos en el propio escenario.

Allí nos encontramos con otra sillera y enseguida entablamos conversación. Ella venía desde Asturias con un grupo de amigos y no veáis que sorpresa cuando nos dijo que era seguidora del blog ¡¡¡¡Menuda ilusión!!! Resulta que ella también es una viajera habitual y nos comentó que le gustaría compartir algunas de sus experiencias viajeras así que, dicho y hecho, desde ese momento Gema forma parte del equipo de colaboradores de www.sillerosviajeros.com y en breve compartirá con todos nosotros nuevos destinos accesibles

Del musical ¿Qué contaros que no sepáis? Nos pareció IMPRESIONANTE. La escenografía, el decorado, el vestuario, la música, la puesta en escena… Todo lo que os diga es poco. Izaskun se emocionó tanto que cada dos por tres se le saltaban las lágrimas y es que, de verdad, es un musical que nadie se debería perder.

Por cierto, como sabéis que siempre busco baños adaptados, frente al palco estaba el nuestro. No es de lo mejorcito que me he encotrado pero pudimos hacer un apaño. Os dejo foto para que vosotros juzguéis si se ajusta a vuestras necesidades.

Al día siguiente quedamos con una prima de Izaskun para comer y conocer a su pequeño retoño. Fuimos al antiguo Matadero de Madrid, en la zona de Legazpi. Un espacio que se ha rehabilitado para crear un centro de creación contemporánea donde encontraréis salas de exposiciones, la casa del lector, una gran variedad de actividad cultural y en el centro, una plaza donde entre otras cosas, los domingos a las mañanas hacen talleres musicales. Hacía un día estupendo así que aprovechamos para estar un ratito por allí con los peques que se lo pasaron pipa bailando y correteando sin peligro mientras nosotros tomamos un cafelito.

Desde allí nos acercamos a dar un paseo por Madrid Río, una especie de parque que han adecuado a orillas del Manzanares con un montón de zonas verdes, parques infantiles, zonas recreativas, deportivas y sobre todo, una gran cantidad de senderos accesibles ( unos 30 kilómetros) donde la gente practica running, ciclismo e incluso vimos a varios usuarios de handbikes.
Terminamos comiendo en un bar restaurante del Matadero, que en ocasiones es también café teatro. Una nave industrial reconvertida en bar restaurante, accesible y con baño adaptado.

Después de comer emprendimos la vuelta a casa con un fantástico sabor de boca por todo lo vivido. El finde no podía haber sido más completo, amigos, familia, reencuentros, nuevos nacimientos, un fantástico musical y hasta nuevos amigos para el blog. Nos llevamos también una impresión mucho más amable de un Madrid que no conocíamos, el Madrid verde, ese que nunca creímos que podría existir.
Esperamos volver pronto.
Escrito por Kity
Podéis seguir sus rodadas en FACEBOOK o TWITTER