Ruta por la Vía Verde del Ebro en handbike híbrida
Esta ruta parecía ideal para hacerla en familia ya que esperaba que buena parte del camino estuviera en condiciones adecuadas para pedalear cómodamente. Pero la realidad es otra, como más delante veréis y, para mayor riesgo ojo porque en muchos tramos no hay cobertura de móvil. La Vía va resiguiendo el desfiladero que el rio Matarraña ha ido labrando durante miles de años en las montañas que unen Teruel con Tarragona, Aragón con Catalunya.
Debéis tener en cuenta que en mi caso puedo andar con muleta por todo tipo de terrenos, siempre que el grado de inclinación no sea superior al 15% aprox. Y que pese a la movilidad reducida, gracias a la natación diaria, estoy relativamente en buena forma si bien mis posibilidades son limitadas y la handbike tampoco puede superar ese 15 % de desnivel en pendientes hacia arriba. En este viaje me acompañó mi hijo de 12 años (ahora ya 13), un muchachote con buenas piernas para la bici y que tuvo que ayudar a empujar la handbike en un par de tramos.
Primera etapa: Alcañiz – Cretas (42,9 Km)
Empezamos el viaje en Tortosa, donde dejamos aparcado el coche y nos subimos junto con nuestra bici y la handbike a la furgoneta de la empresa Matarraña Aventura. El punto de encuentro con ellos es el parking de autocaravanas de la ciudad, lo cual, vista la experiencia me parece buena opción. Está situado en un terreno plano, con gente paseando todo el día y bien comunicado.
El destino del traslado en furgoneta es Alcañiz donde llegamos después de unas 2 horas de un agradable trayecto, amenizadas con las explicaciones de Carlos, el valiente emprendedor que ha apostado por una empresa de turismo ecológico y aventura por esta zona. Nos dejan al principio del camino sobre las 11:00h de la mañana, nuestra intención es llegar a Cretas a cenar y dormir antes de las 20.00h.
La idea inicial era hacer los aproximadamente 100 km del recorrido en dos jornadas, con merecido descanso intermedio en el bonito y recién estrenado apeadero de Cretas. Sin embargo, la pendiente, las piedras y el polvo del camino nos pusieron en nuestro lugar durante la primera etapa. Tanto nuestras fuerzas como las máquinas empleadas no estaban a la altura de ese primer tramo de subida constante, de piso sin asfaltar, adornado con infinidad de piedras de mil formas y colocadas en posiciones caprichosas por todo el recorrido. Así que, a nuestro pesar, en el 15 km de la primera etapa, tuvimos que renunciar a completarla y usar el comodín de la llamada a los atentos y profesionales miembros de la empresa Matarraña Aventura (https://xn--matarraaventura-4qb.com).
Así, a la altura de Valdealgorfa, con el vehículo ya descompuesto por los baches y las piedras, dijimos basta. La batería de la handbike se quedó colgando al desprenderse los tornillos y tuercas por el trajín del camino. Ante este panorama la idea que me rondó por la cabeza fue que el viaje iba a terminar en esta primera etapa, el camino no era como lo había imaginado al programar la ruta. Por suerte, después de un buen menú en el Bar Restaurante El Claustro de Valdealgorfa y, de conversar con el conductor que nos enviaron a recoger desde la empresa de aventura, lo reconsideramos y decidimos intentar reparar la avería mecánica y probar de nuevo al día siguiente. En la Base de la empresa, con las herramientas y recambios necesarios, nos dejaron en condiciones las bicis para afrontar la siguiente etapa.
De la Base allí nos llevaron al albergue de Cretas (https://alberguedecretas.com) donde pudimos disfrutar de todas sus instalaciones inauguradas la semana anterior y de la amabilidad de las mujeres diligentes que llevan la gestión y los servicios de este. Las habitaciones son correctas, limpias y espaciosas, pudiendo manejarme bien en la silla de ruedas una vez desmontada del Batec, con las ruedas de mountain bike que lleva es bastante ancha, como una silla eléctrica amplia para que os hagáis una idea.
Lo mejor del establecimiento son las vistas a las montañas desde el amplio local que antes era la antigua estación de tren de Cretas y donde hoy puedes tomar algo para reponer fuerzas comentando la jornada con tus acompañantes u otros viajeros que allí coinciden.
Esa parte social del trayecto también es un plus, ya que vas coincidiendo con los viajeros, cada uno a su ritmo y con sus circunstancias en los distintos puntos del recorrido. Y no dudo, de que si os encontráis en algún momento con dificultades os darán un empujón o lo que necesitéis para seguir adelante hasta vuestro destino final.
Segunda etapa: Cretas -Tortosa (57,1 Km)
Al día siguiente nos levantamos temprano, descansados y con hambre, después del desayuno y superando una incidencia con las llaves y la puerta de la habitación, al fin partimos con unas 2 horas de demora sobre el plan inicial. Después de la experiencia del día anterior temíamos que el trayecto seria demasiado para nosotros, pero esta vez sí tuvimos fortuna. El día, el buen asfalto del piso y el magnifico paisaje nos compensaron sobradamente las penurias del día anterior.
Además, de los 57 km de esta etapa prácticamente 42 km de estos son en bajada, y hay muchos tramos que se pueden hacer sin apenas pedalear, sobre todo si no precisas un ritmo rápido. Pero este no era nuestro caso, ya llevábamos demora de 2 horas por el incidente de la puerta en el albergue, así que apretamos un poco los dientes y aprovechamos que la ruta aquí si era buena para llevar una velocidad más elevada.
Además de las excelentes vistas de toda esta zona rural, de las bonitas formas de las montañas próximas al camino y del desfiladero por el que transcurre la antigua via ferroviaria ahora convertida en Via Verde, la ruta seguida atraviesa las montañas por infinidad de túneles (unos 40 según guías consultadas). Por ello, es imprescindible llevar unos buenos frontales o linternas en las bicis, porque hay túneles de más de 1 km, algunos iluminados, pero otros no, y la oscuridad puede llegar a ser absoluta en su interior. El suelo está en buenas condiciones y no tuvimos ningún percance, pero no es buena idea hacer este recorrido sin llevar buena iluminación. Pero, una vez resuelto esto, decir que es una autentica gozada.
En el trayecto hay varias estaciones acondicionadas para tomar un refrigerio e imagino que en alguna de ellas se podrá parar a dormir, si dispones de más tiempo para ello. Por ejemplo, la estación de BOT me pareció atractiva para hacer un alto, tiene un vagón antiguo bien arreglado a modo de bar al lado mismo del recorrido, con mesas y sillas adecuadas para ello en una parcela a modo de terraza.
Llega un punto del recorrido, entre Pinell de Brai y Xerta, en que la pendiente a favor se suaviza y toca darle más fuerte a los pedales. Pero a cambio de ello, pronto llegamos al tramo que discurre paralelo al rio Ebro y, las vistas ya sea en marcha o parando en alguno de los muchos miradores valen mucho la pena y el ánimo pronto se recupera del esfuerzo. Además, en esta zona de cultivos de naranjos y mandarineros, la vista y el olfato disfrutan de lo lindo.
Al mediodía llegamos a Xerta, donde la Via Verde está en obras y es necesario entrar a la localidad para retomarla más adelante. Después de una abundante comida en el centro de Xerta, seguimos las indicaciones del propietario del local y las señalizaciones que vamos encontrando para volver a ella. Desde aquí hasta Tortosa sólo quedan unos 14,4 km, todos llanos, y más o menos la mitad del recorrido se hace siguiendo el curso del rio Ebro entre campos de cítricos.
En estos últimos km se nos presentan las 2 únicas dificultades para la handbike: la primera es un paso por debajo de la carretera nacional que en un punto de la Via Verde se entrecruza con ella. El paso está sin asfaltar y es terreno de tierra y con cierta pendiente hacia arriba, donde la rueda del motor de la bici patina y no puede avanzar por falta de tracción suficiente. Fue preciso bajar de ella y empujarla entre los 2 para poder seguir, es un tramo corto pero intenso.
Y la segunda dificultad viene después, una vez ya dentro del casco urbano de Roquetes, existe un cambio de nivel que es asfaltado, pero con una pendiente insalvable para mi vehículo, ni empujándolo entre los dos esta vez lo veía claro. Pero gracias a las indicaciones de un amable vecino, pudimos encontrar un camino que salva el desnivel en el mismo lugar donde encontramos la dificultad. A la izquierda de donde empieza la rampa insalvable hay que seguir un caminito que circula al lado de los campos y que va subiendo algo más progresivamente, aunque al final también necesitamos empujar la handbike unos segundos entre los dos. Una vez arriba la Via Verde desaparece y hay que callejear para volver a encontrarla siguiendo dirección a Tortosa, ya es el tramo final. Os aconsejo poner el GPS dirección hacia Tortosa como si fuerais en coche, aquí hay poco tráfico y con cuidado se llega bien pese a llevar de compañeros a los coches por un breve tiempo.
Este trozo final urbano entre Roquetes y Tortosa no es muy bonito, pero está bien asfaltado, no podremos pegas….
Ruta Vía Verde del Ebro, de Alcañiz a Tortosa.
Al fin, la llegada por la Via Verde a Tortosa nos reserva unas bonitas vistas de postal al combinar las aguas del rio con la imagen del casco antiguo y las montañas que rodean la ciudad, un bonito capítulo final para un gran recorrido. Sólo deciros que es el primer trayecto que hago usando la handbike fuera de mi zona habitual y la experiencia mereció 100% el esfuerzo empleado en ello. Espero os sirva de algo la explicación y deseo disfrutéis del camino como nosotros lo hicimos.
Post escrito por Joaquim.
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