SIENTE CANTABRIA EN SILLA DE RUEDAS II
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Al punto de la mañana ya estaba Alejandro esperándonos en la puerta del hotel, más puntual que nadie y con tan buen humor como siempre.

La mañana salió lluviosa, pero se fue mejorando a lo lardo del día.
Primera visita del día, Neocueva de Altamira, como siempre me impresionan un montón las pinturas y lo bien conservadas que están después de tantos años. La recreación de la cueva original es muy buena y junto con los hologramas que muestran la vida en aquellos tiempos, te haces una perfecta idea de cómo es la cueva original y sus historia. La neocueva es accesible a PMR, tiene baño adaptado y tiene zonas accesibilizadas para personas con discapacidad visual.


De aquí, al monumento Natural de las Secuoyas un lugar en plena naturaleza donde a través de pasarelas puedes adentrarte en uno de los mayores bosques de Secuoyas europeos. El lugar es súper bonito y el contacto con la naturaleza, sus olores, la humedad, las castañas que había en el tramo inicial, una pasada. Salimos todos encantados.

Siguiente parada “La Cueva del Soplao”. Si no habéis entrado nunca en una cueva con estalagmitas, estalactitas y excéntricas, este es el lugar idóneo.

La cueva se descubrió por los mineros, ya que es una antigua mina y su interior está parcialmente modificado por las labores que en su día se realizaron allí. El recorrido dentro de la cueva es accesible para personas en sillas de ruedas y las estampas que se ven de las formaciones geológicas son preciosas. Además las han alumbrado por zonas de distintas maneras, por lo que todavía resaltan más su belleza.

Comimos allí mismo, ya que tienen una zona de servicios con cafetería y restaurante, con un mirador hacia los picos de Europa, que es una maravilla. La pena es que el día estaba muy nublado y no se podía ver nada.
Después de la comida y la visita volvimos para Santander, pero hicimos una parada de rigor a comprar unas corbatas de Unquera y unas palmeras de chocolate gigantes que se iban del mundo. Uuuunnnnmmmmm que buenas!!!!!!!.
La tarde fue de relax, haciendo shopping por la zona del hotel y haciendo tiempo para cenar en el restaurante del Hotel Bahía Santander.

Es un restaurante mucho más sobrio, más elegante, en el que los platos están bien presentados y en el que cenamos muy bien.
Y para el último día nos esperaba la parte más espectacular, y de la que yo estoy más enamorado, el Parque de la Naturaleza de Cabárceno.

Es un parque de animales ubicado en una antigua mina a cielo abierto rehabilitada donde extraían hierro, que ha dejado su huella en el terreno con un paisaje kárstico. Son casi 750 hectáreas de terreno, solo para albergar una gran cantidad de animales de distintos tipos (más de 150) en semicautividad, ya que la mayoría tienen una extensión enorme donde vivir en semilibertad.

El recorrido para ver el parque hay que hacerlo en vehículo propio, ya que andando es imposible, porque hay más de 20 Km. de carretera asfaltada que recorren el parque. Con la silla de ruedas tampoco se puede ir de una zona a otra, ya que los desniveles y las pendientes de las carreteras lo hacen inviable.
Ahora han colocado un teleférico de tres líneas para poder ver todo el parque desde las alturas, es una gozada, además de ser accesible para personas de movilidad reducida sin ningún tipo de problema.

También puedes ver el parque desde un punto de vista más personalizado, contratando una de las visitas salvajes, en las que acompañados por personal del parque, puedes dar de comer a ciertos animales, acariciarlos y sacarte fotos cerca de ellos.
A Zuriñe lo que más le impresionó fue tocar al rinoceronte y poder ver con sus manos los cuernos y morfología del mismo. Aunque esto reñía con la experiencia de acariciar las aves rapaces, que también le encantó.

Después de una intensa mañana de emociones, comimos en el restaurante del parque y muy bien por cierto, a un precio asequible. Así se notaba, ya que estaba lleno.
Jooooo, con mucha pena nos teníamos que despedir de unos buenos amigos y de un sitio que nos enamora. La ventaja es que ya nos queda menos para volver a vernos y volver a disfrutar otra vez de Cantabria .

Escrito por Kity
Recuerda la primera parte del viaje visitando este enlace: