El Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara se ubica en la parte central y más elevada de las Sierras Exteriores Pirenaicas, una gran barrera calcárea que constituye el límite meridional de los Pirineos oscenses.
Este espacio recibe su nombre de la sierra más importante que alberga, la Sierra de Guara, una alineación este-oeste que se encuentra entre los valles de los ríos Guatizalema y Alcanadre. El parque abarca otras sierras de menor entidad perpendiculares a la Sierra de Guara, encontrándose en el oeste las
Sierras del Águila, Bonés y Gabardiella, y en el este las sierras de Lupera, Balcés y Sevil, así como sus somontanos. El límite norte lo marca la divisoria de aguas con las cuenca de los ríos Guarga y Ara; el límite sur coincide, de manera aproximada, con la salida de los ríos al Valle del Ebro. El límite oeste lo marca la cuenca del Isuela y el este la del Vero.
El predominio de la roca caliza en gran parte de la superficie del Parque Natural favorece la aparición de cavernas, simas, surgencias, lapiaces, dolinas y poljés, todos ellos formados por la acción erosiva. Otras formas de relieve destacables son los mallos, modelados sobre los conglomerados que generan paisajes de vértigo, como el impresionante y emblemático Salto de Roldán.
Las mayores alturas se alcanzan en el Tozal de Guara (2.078 m), Tozal de Cubilas (1.942 m) y el Cabezo de Guara (1.870 m).
El régimen fluvial es irregular, con caudales bajos estables en los tramos de cañones gracias a surgencias del karst, pero en caso de precipitaciones de cierta importancia alcanzan caudales punta con gran rapidez, y en los barrancos se producen cambios de nivel muy bruscos que resultan extremadamente peligrosos.
En los barrancos abrigados de esta zona se forman bosquetes de encina, con un estrato arbustivo formado por madroño, labiérnago, durillo, lentisco, zarzaparrilla, adelfilla e incluso acebo.
A nivel faunístico, son muy habituales los quebrantahuesos, alimoches, buitres
leonados, águilas reales, águilas-azor perdiceras, halcones peregrinos, búhos reales, chovas piquirrojas) que justifican su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves.
Entre los mamíferos encontramos el jabalí, el corzo y la nutria, así como pequeños depredadores como garduñas, ginetas y tejones. También se encuentra una población incipiente de cabra montés, y entre los reptiles y anfibios son de especial interés la culebra de escalera, la víbora áspid y el tritón pirenaico. La trucha común y el barbo culirroyo, son los dueños de las aguas.
El territorio de la Sierra y Cañones de Guara ha sido habitado desde tiempos prehistóricos.
Durante el Paleolítico Superior (entre los años 40.000 y 10.000 a.C.), el hombre prehistórico ya habitaba la Cuenca del Vero, donde se hallan manifestaciones de arte rupestre, siendo las pinturas de la Cueva de Fuente del Trucho los únicos restos de Arte Paleolítico encontrados en la zona.
En numerosos abrigos del río Vero también se han encontrado muestras de Arte Levantino, datados entre los años 8.000 a 2.000 a.C., y de Arte Esquemático, datado entre los años 4.000 a 1.000 a.C. En el Parque Natural también hay muestras de monumentos megalíticos de carácter funerario construidos durante el III milenio a.C.
En los último años, desde el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, se está apostando por la accesibilidad y en al creación de recursos naturales accesibles para tod@s. A continuación detallamos los recursos accesibles a fecha Junio de 2012, divididos en 4 categorías, Centros de Interpretación, Miradores, Senderos y observatorios de Aves.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.